lunes, 24 de agosto de 2015

Capítulo 1

Considero apropiado comenzar este blog explicando porque decidí hacerlo. Tengo 20 años y el 21.05.15 me diagnosticaron cáncer de parótida derecha. Todos sabemos que significa cáncer; y que sea de parótida derecha significa que el tumor maligno primario se formó en una glándula salival (la parótida).
Tuve la suerte que no me haya hecho metástasis, por lo cual no me han hecho quimioterapia; pero mi cuerpo ha tenido que soportar 2 cirugías y radioterapia.
Mi primera cirugía, 04.03.15, fue para hacer una biopsia de una pequeña protuberancia que sentía en mi cuello. Fue una cirugía corta, de apenas 40 minutos en la cual la anestesia total fue la mejor parte. Es literalmente, como fumarte un churro de unas ricas flores. Cuando despiertas sientes una paz y tranquilidad que no sabría explicar, es como si flotaras por el aire.
Dos semanas después ya estaban los resultados. Cáncer. Mi primera reacción fue la risa, ahí mismo en el consultorio de la doctora. Casualmente mi primera reacción ante cualquier situación es la risa, inclusive esta. Obviamente luego vinieron las lágrimas, que no pararon hasta el día de hoy. Esa misma noche, durmiendo con mi pareja, me despertó en medio de la noche mientras me ahogaba en llantos completamente dormida. Para mi mala suerte no olvidé mi sueño, me veía completamente pelada en el espejo de mi baño. 
Pasaron ya cinco meses y la maldita palabra cáncer no sale de mi cabeza. Es lo primero que pienso por la mañana y lo último que repaso por las noches. 
Tuve la buena suerte que no me hiciera metástasis, por lo cual no tuve que pasar por la quimioterapia. Pero eso no significa que esta todo bien. No, no, significa que tuve que pasar por una segunda cirugía; en la cual podía llegar a perder la movilidad de todo el lado derecho de mi cara, de por vida, con 20 años. Y ni hablar de la radioterapia, jamás pensé que eso existía siquiera. 
Debo reconocer, como parte de mi sanación, que todo pasó demasiado rápido. Primera cirugía, tomografía, segunda cirugía, y ahora rayos. En todo ese lío no tuve tiempo para respirar y llorar. Llorar hasta quedarme sin lágrimas, o al menos sin motivo para hacerlo.